jueves, 1 de octubre de 2015

CHICHI & PENY Y LA BANDA DE LOS DESNUDORUM

Cae la noche en el jardín de los Sinmiedo y el hijo mayor, Juan, se prepara para su ansiada cita con Víctor Pudor. Aprovechando que la familia estará fuera todo el fin de semana, Juan ha cocinado hoy algo especial y se ha vestido con sus mejores galas, calzoncillos a estrenar incluidos, para recibir a Víctor. Lo que no sospecha ni por asomo es que, a pocos metros del jardín, acecha un grave peligro, un gran enemigo de la pasión: La Banda de los Desnudorum, con el villano Ridilf a la cabeza.

Esta banda, especialmente temida por los/as más tímidos/as, aniquila los poderes de la sensualidad sin censuras activando a la monstruosa Vergüenza: un ser mitológico que se caracteriza por provocar incómodos síntomas en los humanos como mejillas sonrojadas, sudoración, temblores, tartamudez... Además, desde que su esposa Angustias se apartase del Clan de los Tabú, Ridilf Desnudorum, se había convertido en el líder de esta banda de malhechores del placer y sus poderes anticarnales eran ahora más fuertes que nunca. Una de sus armas más poderosas, el Anula Penys, especialmente diseñada para impedir que la sangre circulase libremente por los cuerpos cavernosos, era capaz de un sólo plumazo de acabar con la velada más perfecta. 

Mientras tanto, nosotras probábamos una nueva aplicación recomendada por Afrodita para medir la intensidad de los orgasmos. No nos convencía demasiado, pero le dimos una oportunidad. Nos encanta investigar nuevas opciones. Cuando ya estábamos finalizando el experimento, el grito orgasmal de Peny se fundió con un fuerte sonido de fondo. ¡Era la llamada de X! ¡Alguien necesitaba nuestra ayuda y debíamos acudir sin falta!




A las 21:35 aterrizamos en el jardín de los Sinmiedo. Todo parecía en calma, ni rastro de los Desnudorum. Al otro lado de la calle vimos aparecer a Víctor Pudor, bien perfumado y con lo que parecía ser un postre bajo el brazo. Decidimos entonces aguardar y dejar que la velada se desarrollase sin interrupciones. 

A las 00:37 Juan y Víctor ya habían cenado, conversado, compartido risas y complicidades... La cercanía física cada vez era más notable y Juan, que llevaba tiempo esperando aquel momento, se lanzó, fiel a sus ancestros, a por su anhelado postre.  

Se escuchó un palpitar extraño en el Jardín. Aquello nos alertó de la presencia de la Banda, maestros en el arte de la invisibilidad que tan buena amiga es de la Vergüenza. Activamos nuestros sexradares y pudimos escuchar los latidos del corazón de Víctor Pudor, que en aquel momento parecía estar a punto de estallar. ¡Los Desnudorum habían logrado entrar en casa de los Sinmiedo! Debíamos actuar rápidamente antes de que Ridilf y aquella banda de jodekikis completasen su malvado plan.

Desplegamos la mejor lencería erótica e hicimos sonar una música estimulante irresistible con el fin de aplacar los poderes de la Banda. Las piernas de Víctor Pudor temblaban bajo la mesa y Juan Sinmiedo, que acaba de besarle apasionadamente, empezó a tartamudear sin control. ¿Sería demasiado tarde para acabar con Ridilf y sus secuaces? 

Decidimos pasar a la acción y probar con una de nuestras armas infalibles: Los dados mágicos. Este arma ancestral permite a los amantes ir despojándose de sus ropas y entrando en el terreno sexual como si de un divertido juego de mesa se tratase. Discretamente lo depositamos sobre la mesa y esperamos unos instantes hasta ver la reacción de ambos. El tartamudeo de Juan cesó inmediatamente y con una clara y seductora voz preguntó a Víctor: -¿Qué te parece si jugamos un rato?-  Inmediatamente se esbozó una sonrisa en los labios de Víctor y sus piernas dejaron de temblar -¿Y si subimos a la habitación para jugar? Estaremos más cómodos...- respondió.

Nuestros poderes surtían su efecto: las risas y caricias de Víctor y Juan se hacían eco por toda la casa. El juego había desactivado el Anula Penys y una música de streptease sonaba en la habitación de Juan Sinmiedo. ¡Lo habíamos logrado! La influencia de la Banda comenzaba a debilitarse, pero antes debíamos asegurarnos de acabar con su líder: Ridilf Desnudorum y desbaratar sus planes. 

Armándonos de valor convocamos a la temible Vergüenza e intentamos convercerla para que nos pusiera al tanto del paradero de Ridilf y su banda, pero nada, fue imposible sacarle una palabra, se limitaba a mirar hacia el suelo sin soltar prenda. Entonces Peny, encontró la manera de persuadirla: -¿Y si te dijésemos que Víctor es familiar directo de los Pudor?- Aquella pregunta surtió el mismo efecto que el de una poción mágica, de tal forma que Vergüenza comenzó a desvanecerse entre la nada. Sólo acertamos a escuchar en la lejanía una tímida vocecilla que nos alertaba de lo siguiente: -¡Los Desnudorum han escapado!-

La velada en casa de los Sinmiedo fue mejor de lo que Juan habría soñado. Aquella noche logramos vencer a Ridilf y su banda, pero serían aún muchas las batallas que nos esperaban contra los Desnudorum. 


Continuará...




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